MI MAMÁ ME VISTE

He de decir, y puede sonar raro, que los niños siempre me han fascinado. No hablamos de una fascinación platónica, uno de esos amores inalcanzables y atractivos, sino que hablamos de una admiración que va creciendo con los años. 

Si uno hace el ejercicio de observar por la calle, cual coolhunter, se dará cuenta de la capacidad arrolladora que tienen estos liliputienses para vestirse. No se trata solo de la ropa que llevan puesta, si siguen las tendencias o no, sino la manera en que estos la llevan. Son personitas sin prejuicios, sin el miedo al 'qué dirán', ellos solo buscan divertirse y la ropa es el mejor medio. 

Muchas veces las madres, sin darse cuenta, plasman su forma de ver el mundo y su manera de vestir a sus retoños, conviertiendose en puras extensiones de ellas mismas.  Nos queremos centrar en el estilo que genera cada uno de esos pequeños hombrecillos, pero también es cierto que no somos capaces de diferenciar aquel que se viste por si mismo, y aquel que lo vistió su mami. 

Encontramos a señoritos con americana, sombrero y fular cual escritor bohemio, little niggas con con mucho flow y a hipsters imberbes. Raveras reducidas, a las bailarinas de Avril Lavigne en minúsculo tamaño, la reencarnación humana de tarta de fresa, guiris recién llegados de Benidorm y el pasado de una de las Chita Girls. 

Los colores que estos chavalines utilizan son como un gran expositor de helados, estilismos que parecen ser sacados de Coachella Valley. Una explosión de colores, de mezclas imposibles, y de texturas de lo más originales. Un trabajo o un don para combinar que ya quisieran muchas señoritas que se hacen llamar estilistas. Y es que la moda está en la calle, y por extensión en los niños. 

Deberíamos hacer un ejercicio de reflexión y darnos cuenta que el vestuario infantil es mucho más inspirador que algunas de los editoriales que podemos encontrar en las revistas. Puede que estos niños sean los que marquen las tendencias en un futuro, o puede que ya lo estén haciendo.

Fotos: Humans of New York